LO DE CARMEN
Bullying en el trabajo
LO DE CARMEN
Bullying en el trabajo
Todos hemos tenido abusones en nuestras vidas, un compañero del colegio que quería mandar sobre todos, un vecino que decide lo que se jugaba o un primo que siempre quería tener la razón. Pero cuando uno se hace mayor, piensa que ciertos comportamientos o personas abusonas ya no van a formar parte de nuestras vidas, porque son actitudes típicas de edades infantes; muy lejos de la realidad.
Pasados casi los treinta años, estás en el trabajo con muchos compañeros de diferentes edades, procedencias y personalidades cuando de repente sientes que tienes un “flashback” porque hay un compañero de trabajo que quiere estar por encima del resto, porque hay alguien que tiene que llevar la razón, que las cosas tiene que ser como él quiere y si no se da conforme a sus deseos te hace el vacío con respecto al resto de compañeros, y siento que ¡He vuelto al patio del colegio!.
Abusones siempre tendremos en nuestras vidas, porque forma parte de la personalidad de ciertos individuos, independientemente de su edad o estatus, dependerá de nuestra evolución personal o madurez, cómo afrontar esas compañías “tóxicas”, podemos encerrarnos en el baño, comer solos en la cafetería… Pero también podemos enfrentarlos.
Esos compartimentos en adultos lo que demuestran es inseguridad, falta de personalidad y miedos sin trabajar. Llegar a edades adultas no significa haber podido solucionar o trabajar nuestras personalidades y gestión en las relaciones con los demás. Pero a pesar de saber el origen, tampoco podemos permitir esas relaciones poco sanas y ser condescendientes con situaciones que nos hacen sentir incómodos.
Sentirnos apartados del resto de compañeros por una persona manipuladora, o ser presionadas para desarrollar ciertos comportamientos, no le gusta a nadie, pero no todos contamos con las mismas herramientas para afrontarlos. Dar la cara ante estos “abusones” es la única manera de parar sus comportamientos egoístas y dañinos que solo llevan a crear malos ambientes. Los lugares de trabajo y las relaciones con los compañeros ya de por sí no son fáciles, para que se le añada el abusón de turno que “decide a qué se juega”
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