Si alguien me dijera: “toma todo lo que necesitas” hace algunos años me hubiera alegrado y hubiera sentido la seguridad que necesitaba para hacer las cosas que quería, pero eso no paso, así que he tenido que construir desde los no, desde la incertidumbre, desde los muchos miedos, desde la ansiedad de no saber qué pasa, desde la duda de no saber si estaba haciendo lo correcto … mientras dudaba una voz diminuta me decía: “avanza, vamos bien” …

Que pudiera estar alucinando, si pudiera ser … que todo formaba parte de una fantasía, de tratar de animarme a insistir en mis ideas, también, nada me da la seguridad que ese mensaje era real y verdadero, pero a esa voz la acompaña otra extraña, mucho más extraña y más abstracta, una sensación que se reflejaba con un “algo etéreo” que respaldaba el mensaje, “avanza, vamos bien” …

Qué difícil es construir sola, que desafiante es la realidad del día a día, sobre todo cuando las cosas que hago, que creo, que planifico, que proyecto, solo están en mi mente, que se expande cada vez más, que se apoya en las ganas de hacer las cosas bien, que la respalda una creatividad infinita y la experiencia de todos los intentos realizados hace muchos años.

Si tuviera todo lo que necesito no pudiera valorar mis esfuerzos, no sintiera un orgullo verdadero e irrefutable por mí y la obra que he levantado, me hubiera perdido tener la certeza de lo que soy y la fuerza que tengo, mis capacidades y habilidades se hubieran quedado supeditadas a estudios formales y experiencia laboral …

Si tuviera todo lo que necesito me hubiera perdido la cantidad de partos mentales, espirituales y emocionales que he tenido que hacer, no le hubiera visto la cara al éxito, me hubiera perdido sentirme rica con nada en la cuenta, o sentir contentura, alegría en medio de tanta ansiedad y tristeza, ¿cómo se explica algo así si lo hubiera tenido todo?

Decirlo ahora parece fácil, pero después de 10 años de un trabajo intenso, profundo e individual, que no termina, me atrevo a verbalizar algo que quizá le pase a muchos, o tal vez no, y es la lucha que hay que darle a la vida, cuando de repente te da vuelta y te coloca en escenarios inesperados, sola y sin nada a ver qué haces.

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