CATARSIS
"La sonrisa que se construye"
CATARSIS
"La sonrisa que se construye"
"Solo cuando convives en el desierto puedes comprender de qué estás hecho".
Hay temporadas en las que lo único que existe son puertas cerradas, sin mayor explicación, o en las que la incertidumbre es la reina de todo y nada, momentos donde, nadie te auxilia y nadie te da una esperanza.... estos, son algunos de los escenarios que más me han desafiado. Antes de que ellos existieran pensé que había tenido retos importantes, pero no hay como el vacío y la soledad existencial para ponerme a prueba con mis propias fuerzas, para confrontarme y saber de qué estoy hecha.
Lo más común en esas temporadas es que mi expresión haya sido rígida, preocupante, con el ceño fruncido y la expectativa galopante, ansiosa por que algo se dé, atenta a una oportunidad, con la mirada fija en esas puertas o ventanas que deseaba abrieran con buenas noticias para mí, y así me quedaba allí, sin parpadear, sin hablar, derramando lágrimas, bostezando tristezas y perdiéndome en muchas preguntas que no tenían respuestas.
¿Qué ha pasado? Pregunté, era una pregunta más retórica que otra cosa, porque sabía que nadie iba a responder a un nivel de confusión muy alto, a las decepciones de mí misma también, ¿qué ha pasado? Seguía preguntando, ¿en qué parte me quedé?...
Salir de un laberinto de pensamientos, ideas, conjeturas tan caóticas es muy difícil, muchas veces me veía triste y sin esperanzas, pero esas muchas veces también salía a rescatarme, no sé de dónde ni como, solo salía como una sombra debilitada, pero aun con fuerzas para pintar unos cuantos colores y ofrecerme una cerveza, para invitarme a brindar por todo aquello que no está, para, en silencio, arengarme porque aún queda mucho por trabajar, para sacarme de ese hueco oscuro y profundo que es la soledad, pero no esa que construye, sino la otra parte de la soledad, aquella que te anula y te hace pensar que, quizá llego tu final, que quizá no hay más camino que andar, que ya se acabó todo y te explota la mente con su negatividad…
Esa sombra, raquítica y debilitada, como un animalito que ha caído de un barranco y queda destruido, pero que aún vive y respira, que aún puede mover sus alas, y aunque un poco o mucho deteriorada, su luz brilla y encandila, me anima y me saca, pintándome una sonrisa de la nada ... siento un poco de alegría, contentura, estoy animada…
Aprendí, que me puedo perder en el laberinto, que puedo vivir en el desierto, que puedo tener silencios odiosos, desagradables, que puedo agonizar porque estoy perdiendo, perdiendo esperanzas y la ilusión ... Aprendí que perdiendo también crezco, que tengo muchas vidas, todas las que puedo ir construyendo, así como puedo construir sonrisas, alegrías, ánimo y las ganas de seguir viviendo…
Aprendí a sonreír en el medio del desierto, aprendí a estar contenta, aprendí a querer queriendo, a animarme, a valorarme, a comprenderme y a empujarme, porque soy un humano con mil patas cojas y mis cojeras necesitan alegría, contentura, sonrisa aunque tenga que construirlas, y no por aparentar felicidad, sino por darle luz a una vida que me sigue escogiendo e insiste en darme oportunidad.
Espero que este contenido te haya sido útil, compártelo con quien creas pueda necesitarlo.
¡Nos vemos en la próxima Catarsis!
Espacio reflexivo No sustituye el Tratamiento Terapéutico